Rinoplastia para dar armonía al rostro
La alteración en la forma de la nariz es una de las causas estéticas que ocasiona mayores trastornos psicológicos. La rinomegalia suele aparecer al principio de la adolescencia. La rinoplastia es un tratamiento quirúrgico muy común en el campo de la estética.
Con la cirugía de la nariz se pretende reducir o aumentar el tamaño, cambiar la forma de la punta, estrecharla, reducir el caballete o giba, cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior y además resolver problemas respiratorios si los hubiera.
Cada caso y cada paciente son diferentes, debe evaluarse individualmente y debemos pretender corregir solamente los defectos. En la mayor parte de las intervenciones de nariz o rinoplastias utilizamos la anestesia local y sedación.
Se pueden utilizan dos técnicas quirúrgicas diferentes:
Rinoplastia Cerrada: Que es la más común, se realiza a través de los orificios nasales sin cicatriz externa. Podemos corregir, tallar y modelar los huesos y cartílagos nasales y configurar una nueva estructura.
Rinoplastia Abierta: Sólo en algunos casos más complejos o en reintervenciones, en este caso queda una pequeña cicatriz en la columela.
El postoperatorio no es doloroso. Terminada la intervención, el paciente sale de quirófano con un taponamiento nasal que retiramos al segundo ó tercer día y con una escayola que quitaremos entre la semana y los diez días. Al retirar el yeso la nariz tendrá una forma correcta y lo suficientemente buena para hacer una vida totalmente normal. Pero el resultado definitivo precisará aun de seis meses a un año.
La rinoplastia no siempre es una cirugía reductora. Hay pacientes que necesitan aumentar el tamaño de su nariz, realzar la punta, elevar el dorso hundido o corregir malformaciones congénitas o traumáticas.
La rinoplastia no tiene una edad determinada para realizarse aunque lógicamente debemos esperar a que esté terminado el proceso de osificación, no obstante por diversos motivos o patologías concretas podemos realizarla antes de esta edad.